El 24 de Mayo de 1919 había fallecido en Montevideo el ilustre poeta Amado Nervo, embajador de México ante la República del Uruguay. Como Nervo había sido embajador concurrente en la República Argentina, el presidente Hipólito Yrigoyen ordenó que sus restos fueran repatriados con todos los honores en el crucero acorazado "Nueve de Julio".
Al regreso el barco se vio obligado a hacer escala, y su comandante consultó con el Ministerio de Marina si podía tocar o no Santo Domingo y, en caso afirmativo, si saludaba a la bandera norteamericana al entrar al puerto, a la sazón ocupado por fuerzas militares de los Estados Unidos.La inmediata respuesta del presidente Yrigoyen fue: "Id y saludad al pabellón dominicano".
Al entrar al puerto, el acorazado izó al tope la bandera del país hollado, saludándola con una salva. Corrió la voz por la ciudad, y personas fervorosas compusieron con trozos de tela una bandera dominicana que izaron en el torreón de la fortaleza.
Veintiún cañonazos de la nave argentina tributaron el homenaje a la enseña dominicana. La multitud se lanzó a las calles, y una gran manifestación se dirigió hasta la casa municipal ante la perplejidad de las autoridades de ocupación que no se atrevieron a impedir el pronunciamiento popular.
Uno de los improvisados oradores dijo: "Loor al presidente argentino Yrigoyen que nos ha hecho vivir siquiera dos horas de libertad dominicana".
Fuente: Historia y Arqueología Marítima
Dedicado a todos los zurditos-snobs-postmodernos que idolatran al Che Guevara. Dejen de ovacionar tanto al Che, y aplaudan un poquito para el lado de Yrigoyen.
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